Se acerca el momento del parto y es normal que quieras saber cómo es el último mes de embarazo. Tu cuerpo y el bebé comienzan a prepararse para el gran momento y es natural que experimentes cambios significativos, que se centran en la zona baja de la pelvis y las caderas.
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Molestias y cambios que experimenta la madre entre la semana 37 y 40
En el último mes de embarazo, el aumento de peso que pueden alcanzar algunas madres es de hasta un kilo. Sin embargo, que el peso se mantenga estable suele ser lo más común.
Una pregunta habitual de las madres en el último mes de embarazo es “¿Cuánto engorda el bebé?”. En las últimas semanas el bebé está completamente desarrollado y, por ese motivo, tratará de ganar peso, aumentando unos 200 gramos semanales de media, ya que cada bebé es único.
Notarás que la barriga está más baja de lo normal puesto que el bebé ya empieza a descender a la pelvis. Este hecho puede llegar a reducir bastante los dolores de espalda y abdominales.
Algunos síntomas del último mes de embarazo también están presentes durante el resto del período de gestación pero pueden intensificarse, como la sensación de cansancio y fatiga. Este fenómeno es conocido como agotamiento súbito.

Molestias más comunes
- Aumento de la inflamación de las piernas, los calambres y las persistentes ganas de ir al baño.
- Los vómitos en el último mes de embarazo pueden producirse porque el útero, que ha crecido considerablemente para albergar al feto de la manera más adecuada, deja menos espacio al sistema digestivo, lo que puede causar malestar estomacal que derive en náuseas.
- Los cambios hormonales suelen afectar a las articulaciones, que se vuelven más débiles, llegando a provocar un poco de dolor.
- Es posible que en este mes encuentras más dificultades a la hora de dormir por el tamaño de la barriga y las molestias que estés sufriendo.
- Un continuo dolor de espalda suele aparecer en determinados casos, debido a que algún nervio está siendo comprimido por el útero.
A finales del último mes de embarazo el tapón mucoso suele desprenderse parcial o totalmente, acompañado en algunas ocasiones por un poco de sangre. Se trata de una sustancia oscura de aspecto gelatinoso que bloquea la entrada al útero y evita las infecciones. Igualmente, el cuello del útero comienza a dilatarse con el objetivo de favorecer el parto.
Semana 40 de tu embarazo
En el caso de que ya hayas llegado a la semana 40 y tu bebé no haya mostrado signos de querer nacer, es posible que comiences a ponerte un poco nerviosa al estar deseando tener a tu bebé entre tus brazos.
Si ya has salido de cuentas y quieres ayudar a provocar el parto, debes consultarlo con tu ginecólogo, pues te indicará qué debes hacer. Sin embargo, hay algunos trucos que no suelen desaconsejar, como caminar durante una hora diaria si es posible, evitando las horas de sol intenso, ya que esto ayuda a que el útero se adapte y a que el bebé se encaje.
Practicar sexo en el último mes de embarazo también genera pequeñas contracciones, las cuales pueden dar comienzo a las contracciones de parto.
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